sábado, 3 de noviembre de 2012

Cloaca


Calavera de rata,
hedionda y putrefacta,
que en catacumba tal
perpetuo reposo hayas.

Todo un lóbrego letargo de luz
filtrada y vagabundas cucarachas.
Todo el laberinto sin fin
del sumidero de una comarca.
Todo el incesante gotear
de la primigenia agua.

Arriba, inerte, la ciudad de las máquinas.
Una vez más en ella caerá
la nieve del ayer,
la nieve del mañana.

Y una vez más, del bosque de las águilas
el remoto piar aquí resonará,
bajo la telúrica dermis,
mientras era tras era,
gota tras gota,
fluye la biogénesis.