domingo, 1 de julio de 2012

Azotea

Al ladrillo ya el aerosol besaba
cuando la corporación estatal,
entre nubes de neón disipada,
números y sueños sistematizaba.

Hermetismo milenario
cual pintura de Hokusai,
ayer en fiera catana confinado,
hoy al tecnológico ingenio confiado.

En cualquier rincón de la pluviosa urbe,
los hijos del industrial gobierno
nostálgicos miran las luces
que irradian pisos y videoclubes.

Al fondo del ojo de patio,
hermanos suyos han caído:
aislados del terrenal dinamismo
y fundidos con el suburbial sulfuro,
yacen entre tuberías y cuatro muros.