lunes, 25 de abril de 2011

Osificación



¿Sientes ya el corte de la guadaña,
cómo por mi lengua fluye tu sangre,
cómo te tornas piedra en el más frío páramo?
Sobre la ancha necrópolis relámpagos
celebran solemnes tu condena.
Yo, emisario del caído ángel,
nuevamente os doy a vosotros, mortales,
gracias por tal dulce néctar.